Como si nadie leyera esto, como si esto hubiera sido guardado en hojas sueltas en un cajón oscuro, como si esto siguiera siendo esa oscura idea en mi cabeza. Yo, Gabo, sin más.

martes, 10 de agosto de 2010

Ser apateísta.

Dios puede que exista. O puede que no.

Quién sabe si Dios existe.

Yo no sé. Y no puedo saber.

Puedo creer lo uno o lo otro.

Pero al final no importa.

Porque no voy a dejar de vivir como vivo o dejar de ser quién soy para ajustarme a lo que alguna gente piensa (predica) sobre lo que Dios quiere que seamos.

Yo quiero ser quién quiero ser. Yo voy a ser quién voy a ser. Una buena persona. Según lo que yo considere bueno.

YO voy a decidir que es bueno para mi y que es bueno y correcto y debido.

Y luego, si es que si existe un Dios de amor y comprensivo, estoy seguro de que Él entenderá porque hice lo que hice.

Por lo que en realidad, no me importa si Dios existe o no. No hace falta saberlo o creerlo para ser una buena persona.

Ni todo aquel que cree es buena persona. (Franco; Pinochet).

Eso es ser apateísta. No sé, no me importa.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario